Carta al más allá (a un amigo muy querido)

Aún cuando convencido que partes de este mundo para una vida mejor, el saber que ya no estarás aquí, cerca a nosotros para compartir y darnos vida me entristece mucho. Sé que no debo llorar, pero es imposible ante recuerdos que no volverán a ocurrir y que ya no podremos compartir de a dos como antes. Solo espero que a partir de mañana todo sea mejor y de alguna manera te pueda ayudar a concluir la obra que iniciaste en la tierra. Y es que fuiste fuente de fortaleza, alegría, esperanza y fe para muchas personas, querido amigo Tato, amigo fiel y sincero, el hermano que nunca tuve y que me acompañó desde muy temprana edad, al que metí en problemas más de una vez y quien no tuvo miedo de salir perdiendo con el afán de protegerme, amigo mío que te llevas una deuda muy grande que no supe pagar, por lo mucho que me diste y quizá lo poco que te pude dar. Pero tal como te dije, espero cuidar de los tuyos y esta vez hacer al menos algo bien, solo te pido que estando cerca a Dios, guíes mis pasos...