La gente tiende a ser imprudente por naturaleza, si no sale bien el papel pues lo arranco y sigo sacando y si eso cae al ducto del lavadero, pues ¿qué importa? Total... solo quéremos secarnos las manos ¿no?
Y el que viene, lejos de prevenir que hay papeles que impedirán el paso del agua, procederán a lavarse las manos, dejar una piscina y decir que se atoró si es que se acuerdan.
¿Cómo se rompe esta cadena? Simple, reubica el dispensador de papel lo más alejado del lavadero, verás que los pedacitos de papel caerán al piso, pero al menos así no serán la causa que se atore el ducto.
Pero ¿cuál será el problema? Nuevamente la gente que se trasladará con sus manos mojadas dejando mojado el piso y cuánto esté a su paso hasta llegar a dicho dispensador. Pero ese... ya es otro problema que como siempre depende de la gente más que de las cosas.
